Chocolate para tres
Julia alcanza las semifinales para protagonizar una comedia musical, pero enfrenta un dilema al descubrir que su abuelo planea vender el hotel familiar, un lugar que atesora por el legado de su padre fallecido. Decidida a tomar las riendas, posterga su pasión mientras lidia con problemas alimenticios cada vez más profundos. La única salida parece ser la reconciliación entre sus abuelos, aunque todo cambia tras conocer a Lucas, quien inspira un viaje de transformación. Enfrentando culpa y deseos, Julia aprende a pedir ayuda, no como una derrota, sino como un acto de amor hacia sí misma.